Novena a la Virgen de Luján - Segundo Día
 

SEGUNDO DÍA: La Virgen de Luján nos recuerda que Dios va haciendo la historia junto a su pueblo.

Como dice el dicho, “el hombre propone y Dios dispone”...

En el año de 1630, un hacendado portugués de Sumampa, Santiago del Estero, encargó a un amigo suyo de Pernambuco, Brasil, una imagen de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Éste le envió dos imágenes pequeñas, hechas de tierra cocida: una de la Limpia y Pura Concepción, y otra de la Virgen con el Niño Jesús dormido en sus brazos. Ambas fueron conducidas por mar desde el puerto de Pernambuco al de Buenos Aires, y después, en carreta, tomaron rumbo al norte por el “camino viejo”.

Dios quiso intervenir en este “camino” y lo cierto es que, quien llegó a Sumampa fue la imagen de la Virgen con el Niño. Para la otra imagen, el Señor tenía otros planes...

LEAMOS CON ATENCIÓN LA PALABRA DE DIOS:

Del libro del profeta Isaías:
“Los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos –oráculo del Señor-. Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes.” (55, 8-9)

 

RECEMOS AHORA CON UN SALMO:
SALMO 25
Antífona: Muéstranos, Señor, tus caminos.

Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,
y yo espero en ti todo el día.

El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados,
él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres.

Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad,
para los que observan los preceptos de su alianza.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...

Antífona: Muéstranos, Señor, tus caminos.

Intenciones:
- Te pido que me ilumines y me guíes en el difícil camino de elegir mi carrera y poder aclarar mi cabeza.
- Dame la calma que necesito para ver mi camino, ilumíname, te lo ruego, sólo sé que a pesar de todo siempre tuve dentro mío ansias de vivir.

(Podemos agregar otras oraciones.)

Padre Nuestro...

Dios te salve, María...

Gloria al Padre, al Hijo...

 

ORACIÓN FINAL:
Virgencita de Luján, Madre de los que vivimos en esta tierra Argentina, ¡gracias por quedarte con nosotros! Estamos como Jesús, en la cruz; doloridos, pero esperando la vida. Sostené nuestros brazos. Cubrinos con tu manto. Cuidá a nuestro pueblo. Virgencita de Luján, somos tus hijos. Amén.

 

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Fuente: www.basilicadelujan.org.ar

 
 
     
     
 
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