Oraciones del Cristiano
 

REINA DEL CIELO ALÉGRATE

Durante el tiempo pascual, en lugar del ángelus, se reza esta antífona.

V. Reina del cielo, alégrate, aleluya.
R. Porque Cristo, ha quien llevaste en tu seno, aleluya, ha resucitado según tu palabra, aleluya. Ruega al Señor por nosotros, aleluya
V. Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya.
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya.

Oremos:

Señor, Padre nuestro, que mediante la resurrección de tu hijo, nuestro Señor Jesucristo, te dignaste alegrar al mundo; te suplicamos nos concedas que, por intercesión de su Madre, la Virgen María, alcancemos los goces de la vida eterna. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén

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MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación. Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y
enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y
a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose
de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén

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SALVE

Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia, vida,
dulzura y esperanza nuestra.
¡Dios te salve! A ti clamamos
los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y
después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh clementísima, oh piadosa,
oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
AMÉN.

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ANGELUS

El ángel del Señor le anunció a María
R. y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo
Dios te salve María, llena eres de gracia...
V. He aquí la esclava del Señor
R. Hágase en mí, según tu palabra.
Dios te salve María, llena eres de gracia...
V. Y el Verbo se hizo carne
R. Y habitó entre nosotros
Dios te salve María, llena eres de gracia...
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos:

Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que, así como por el anuncio del Ángel hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, conducidos por su pasión y su cruz seamos llevados la Gloria de su resurrección. Te lo pedimos por el mismo Cristo, nuestro Señor.
AMÉN.

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BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza;
a ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón,
mírame con compasión,
no me dejes,
Madre mía

AMÉN.

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A NUESTRA SEÑORA DE AMÉRICA [Cardenal Pironio]

Virgen de la Esperanza, Madre de los pobres,
Señora de los que peregrinan: óyenos
Hoy te pedimos por América Latina,
el Continente que Tú visitas con los pies descalzos,
ofreciéndole la riqueza
del Niño que aprietas en tus brazos.
Un Niño frágil, que nos hace fuertes,
Un Niño pobre, que nos hace ricos.
Un Niño esclavo, que nos hace libres.
Virgen de la esperanza, América despierta.
Sobre sus cerros despunta la luz de una mañana nueva.
Es el día de la salvación que ya se acerca.
Sobre los pueblos que marchaban en tinieblas,
ha brillado una gran luz.
Esa Luz es el Señor que Tú nos diste,
Hace mucho, en Belén, a medianoche.
Queremos caminar en la esperanza.
Madre de los pobres: hay mucha miseria entre nosotros.
Falta el pan material en muchas casas.
Falta el pan de la verdad en muchas mentes.
Falta el pan del amor en muchos hombres.
Falta el pan del Señor en muchos pueblos.
Tú conoces la pobreza y la viviste.
Danos alma de pobres para ser felices.
Pero alivia la miseria de los cuerpos
y arranca del corazón de tantos hombres
egoísmo que empobrece.
Señora de los que peregrinan:
Somos el Pueblo de Dios en América Latina.
Somos la Iglesia que peregrina hacia la Pascua.
Que los Obispos tengan un corazón de padre.
Que los sacerdotes sean los amigos de Dios
para los hombres.
Que los religiosos muestren
la alegría anticipada del Reino de los Cielos.
Que los laicos sean, ante el mundo,
testigos del señor resucitado.
Y que caminemos juntos con todos los hombres
Compartiendo sus angustias y esperanzas.
Que los pueblos de América Latina
vayan avanzando hacia el progreso
por los caminos de la paz en la justicia.
Nuestra Señora de América:
ilumina nuestra esperanza,
alivia nuestra pobreza,
peregrina con nosotros hacia el Padre.
AMÉN.

 

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Fuente: www.basilicadelujan.org.ar

 
 
     
     
 
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