Corría el año 1982, Argentina era gobernada por la Junta Militar presidida por el Gral. Leopoldo Fortunato Galtieri; este gobierno tomó la decisión de recuperar las Islas Malvinas operativo llevado a cabo el 2 de abril de 1982 y denominado Rosario a pedido de un militar de apellido Seineldín. Esta acción Argentina originó un conflicto armado con Gran Bretaña.
Con el objetivo de traer la paz el Papa Juan Pablo II realiza en junio una visita a la Argentina.
El viernes 11 de julio de 1982 a la tarde el Papa se aproxima a Morón desde donde se dirigiría en tren a Luján ocupando el coche presidencial compuesto por 8 vagones, a las 15:12 hs. el tren se puso en marcha.
Luján se preparó para cualquier inconveniente que pudiese surgir; en la Clínica Güemes estaban listos para cualquier incidente que pudiese contra el Papa y los Prelados que lo acompañaban en caso de emergencia. A pedido de Salud Pública de la Nación estaban preparados cinco litros de sangre del grupo que pertenece su Santidad RH negativo.
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| Juan Pablo II realizado una misa en la Basílica Ntra. Sra. de Luján, en su visita en el año 1982 |
El Papa va desde la Estación de Ferrocarril en coche saludando a la gente en compañía del flamante Obispo elegido por la Junta Militar; Monseñor Emilio Ogñenovich.
El Papa ofició la misa en un altar levantado frente a la entrada de la Iglesia, en esta ceremonia la Imagen Original fue sacada del altar. Cuatrocientos copones contenían las 80.000 hostias. Era la primera vez que un Papa romano oficiaba misa en Luján, en esta oportunidad el Papa obsequió a la Virgen la rosa de oro.
Cuando el Papa se retiró lo hizo en un colectivo de la línea 501, coche Nº 1 conducido por el Gerente Ángel Emilio Milán, el coche lo llevó hasta la estación.
Como recuerdo de la visita queda en la entrada de la basílica a la derecha de la entrada central una placa de mármol. En el año 1987 Juan Pablo II visita una vez más el país pero no pudo llegar a Luján pero la imagen a pedido del Papa fue llevada a Capital Federal. Fue tan rápido el pedido que los sacerdotes del santuario no tuvieron tiempo de tomar las medidas necesarias para el cuidado de la Virgen que portó la corona original. La imagen fue recubierta por una coraza de plata y en la parte superior llevaba un tornillo para asegurar la corona, ante el apuro los sacerdotes no aseguraron la Diadema que quedó sobre las sienes de la Imagen.
Finalizada la ceremonia los sacerdotes procedieron a bajar la Virgen pero la gente se abalanzó sobre ella queriéndola tocar, esto provocó la caída de la corona que ocasionó la rotura de la frente y las manos de la Virgen. Actualmente y después de una restauración llevada a cabo hace cuatro años, la Virgen quedó en perfecto estado. En esta ocasión se descubrió una rotura en el cuello que llevo a que el Obispo no permitiera la apertura de la coraza de plata.
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